La Hoja de Ventura – Metafísica Calamar

Escribí esto hace un poco más de un año, como forma de evocar a mi papá, que falleció en enero del 2021. Le hice unos pequeños arreglos al texto original y le agregué algunas aclaraciones que expliquen el contexto. Espero que les guste…

Metafísica Calamar

«Hoy no voy a ir a la cancha. No vamos a descender » me dijo Rolando, mi papá. Esa tarde Platense jugaba contra River en el Monumental y yo, que era socio de River, me ofrecí a ir con él a la tribuna calamar y ver, el tal vez, último partido de Platense en primera. La situación era complicada: Tense tenía que ganar y esperar que Temperley, que jugaba con Central (que podía ser campeón), no ganara. No escuchó ni aceptó razones o argumentos. Entonces, resignados, enfilamos con mi hermana Luciana para el estadio y en vez de ir a la habitual San Martín, elegimos la popular. Un grupito de hinchas de Tigre festejó como loco los dos goles con que River comenzó a ganarle a Platense (uno de los goles lo hizo Aponte, en contra),que en ese momento, estaba descendido, porque además Temperley le iba ganando a Central. Pero después entró el Pampa Gambier, que metió tres goles, dio vuelta el partido y lo terminó ganando: Central (que esa tarde salió campeón) le empató a Temperley y eso determinaba un inmediato partido desempate entre el Gasolero y el Calamar para ver quien se quedaba en primera y quien se iba a jugar los sábados.

Cuando llegamos a casa, Rolando dijo una sola frase: «el miércoles (el día del partido) vamos a la cancha».

Entonces ese miércoles me tomé el 59 en Núñez, me bajé en Suipacha y Lavalle, fui hasta el laburo de mi papá (Lavalle y Florida), lo pasé a buscar, volvimos a la misma esquina de Suipacha y Lavalle, tomamos otro 59, nos bajamos cerca de la cancha de Huracán, donde se iba a disputar el partido y caminamos hasta el estadio.

¿Cómo estaba mi viejo? Demasiado tranquilo para mi gusto…

En el camino hacia el Ducó nos cruzamos con un grupo de muchachos y uno de ellos (con camiseta de Huracán) lo mira a mi viejo (con su look habitual de oficinista: corbata, saco e impecablemente peinado) y le suelta un «maestro, ¿usted también viene a ver descender a esos culorrotos de Saavedra? «.

Mi papá no se ofendió ni un poco, yo empecé a buscar caras conocidas entre el gentío que iba hacia el estadio por si la «conversación » tomaba un cariz más fulero y Rolando, como si fuera la cosa más divertida del mundo le respondió, para que quede cincelado en la historia: «nooooo querido» (un término que mi papá usaba afectuosamente y no como ironía o cargada) hizo una pausa y concluyó la frase: «…hoy va a prevalecer la mística y la metafísica calamar». Si al belicoso hincha del Globito le hubieran pegado una piña en la nariz no se hubiera quedado tan sorprendido y tan sin reacción como con la contestación de mi viejo.

Aceleramos el paso y le dije: «el pibe se quedó sin saber qué carajo le dijiste» y él, más hablándose a si mismo que contestándome, masculló: «Metafísica Calamar, algún día voy a escribir un libro que se llame así.»

Ese libro todavía no se escribió pero si algún día se escribe, este texto podría ser su prólogo…

Esa noche, por supuesto, con goles de Gambier y el Beto Alfaro Moreno, Platense le ganó a Temperley y una vez más, se salvó del descenso.

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